Los 8 principios de la gobernanza

principios gobernanza familiar

Los 8 principios de la gobernanza

James E. Hughes jr. es conocido por ser el autor de «La riqueza de la familia empresaria. (Deusto, Madrid, 2005), que es uno de los libros de referencia para las familias empresarias. Hugues ha ayudado a un número incontable de familias, durante cinco décadas, a lograr la continuidad de la actividad empresarial.

La riqueza de la familia empresaria es su libro más conocido, pero no el único. Otras obras suyas, aún no traducidas a nuestro idioma son Family: the compact among generations (2007), The cycle of the gifft: family wealth and wisdom (2013), The voice of the rising generation (2014), Family Trusts: a guide for beneficiaries (2016), y Complete family wealth: wealth as well-being (2022). Todos ellos publicados por Bloomberg Press, Nueva York.

En particular, Family: the compact among generations tiene por subtítulo Answers and insights from a lifetime of helping families flourish, y uno de esos insights (enseñanzas o conocimientos) se refiere a los principios de la gobernanza familiar. Son ocho principios de la gobernanza familiar, que deben acompañar a todo conjunto de reglas y acuerdos consensuados, y basados en la experiencia y las expectativas familiares que llamamos así denominamos gobernanza. Vamos con ellos.

Decisión conjunta

  • (I) El arte del buen gobierno es asegurarse que a lo largo de un largo periodo de tiempo las decisiones conjuntas con resultados positivos sean ligeramente más numerosas que las de resultados negativos.

Hughes reformula este primer principio diciendo que “el arte de gobernar una familia es nada más y nada menos que el arte de tomar decisiones de forma conjunta”. “Toda familia comienza con dos personas”, recuerda el autor y, por tanto, desde el comienzo hay que adoptar decisiones consensuadas.

Si tenemos en cuenta esto, vamos a poder desmitificar la palabra “gobernanza”. No se trata de una compleja matriz en que se intercambian líneas y cajas, sino un sistema de decisión conjunta que nos permita adoptar más medidas con resultados positivos que medidas con resultados negativos.

La república aristotélica

  • (II) El mejor sistema de gobierno para una familia de afinidad es la república aristotélica, o lo que ahora se conoce como una democracia representativa.

Aristóteles definió la república como un sistema representativo, en el que cada ciudadano tenía algo que decir en la dirección de la ciudad. La capacidad de elección es necesaria, sí, pero no suficiente. Necesita que la república esté gobernada por un conjunto de normas, y que haya una rama (nosotros lo llamamos judicial) que las haga cumplir. El sistema permite consensuar esas normas, y elegir para los puestos a quienes, en principio, pueden representar mejor los intereses comunes.

Las ventajas de un sistema republicano se hacen más evidentes cuando lo contrastamos con sus alternativas. Una aristocracia, o su versión corrompida, que es una oligarquía, no resulta inclusiva. Qué decir de una monarquía, sistema que si degenera deviene tiranía.

Las normas de la república

Estos son los dos principios fundamentales, pero nos quedan otros seis. Son estos:

  • (III) Un sistema de gobierno debería estar basado en el sufragio universal para todos los miembros adultos de una familia de afinidad.
  • (IV) Cuando es hora de gobernar el crecimiento de una familia, cada generación debe reafirmar el pacto social horizontal de Locke que subyace debajo del sistema de gobierno de la primera generación.
  • (V) Un sistema de gobierno debe tener tres ramas: la legislativa, la ejecutiva y la de los ancianos (judicial) y la interacción de dichas ramas debe ser regulada por frenos y contrapesos.

Estos principios acompañan la idea de que el mejor sistema es el de una república. Otra cuestión es cómo lo llevemos a la práctica. El sufragio universal sólo quiere decir que todos, a partir de una edad, participan en la elaboración de las normas comunes. Pero no dice que el peso de los votos deba ser igual.

La mención a Locke quiere decir que todos los participantes se someten en igual medida a una norma que es común para todos (isonomía). El quinto principio lo llamamos división de poderes. Es interesante observar que Hughes identifica al sistema judicial con los ancianos.

Lazos flexibles y normas adaptables

  • (VI) Un sistema de gobierno es más efectivo si está basado en una confederación de clanes con un centro tribal débil más que un centro tribal fuerte.
  • (VII) Un sistema de gobierno debería operar con la comprensión de que un sistema familiar de relaciones siempre está cambiando, en transición. Debería estar basado en los principios burkianos no en los jacobinos.

El sexto principio hace referencia a una realidad social importante, y es que en cuanto llega la generación de los hermanos, y sobre todo la generación de los primos, se crean nuevas unidades familiares (dinastías, o clanes), que forjan su futuro según un plan propio, que no tiene por qué coincidir plenamente con el del conjunto. Hughes sugiere que han que dejar cierto espacio para la autonomía, y que los lazos de unión sean flexibles. De nuevo, este es un principio, no una receta. y Y debe interpretarse en cada caso como mejor sepa hacerlo cada familia.

Edmund Burke realizó una celebrada crítica al evento que dio pie a la era contemporánea en sus Reflexiones sobre la revolución francesa. Burke incidía en el valor que tiene que las normas se alimenten constantemente de las pasadas experiencias más las nuevas experiencias que se van acumulando. Burke, en definitiva, luchó denodadamente contra el racionalismo ingenuo de los jacobinos, que pretendían ordenar la sociedad según un conjunto de normas que respondían a su idea de lo que dictaba la razón. La interpretación para el ámbito de las normas familiares es, por tanto, sencilla.

Mejor unidos

  • (VIII) Un sistema de gobierno debería estar fundado sobre la idea de Benjamin Franklin: “Debemos mantenernos unidos, o nos colgarán por separado”.

El octavo principio se entiende muy bien, pero es necesario citarlo en su idioma original, que es el inglés, porque es un juego de palabras: “We must hang together or, most assuredly, we shal hang separately”. “Hang together” es una frase hecha que quiere decir apoyarse mutuamente. “Hang separately” se refiere a ser colgados en la horca, si actúan de forma separada. El contexto de esta ingeniosa frase es la firma de la Declaración de Independencia. Por eso dice Franklin que, o se mantienen unidos, o su cuello acabará siendo estrangulado por su propio peso por la actuación de los ingleses.

Resumen del octavo principio para familias empresarias: se defenderán mejor de los azares del destino si actúan unidas que si cada miembro lo hace por su cuenta.o

James E. Hughes jr. es conocido por ser el autor de «La riqueza de la familia empresaria. (Deusto, Madrid, 2005), que es uno de los libros de referencia para las familias empresarias. Hugues ha ayudado a un número incontable de familias, durante cinco décadas, a lograr la continuidad de la actividad empresarial.

La riqueza de la familia empresaria es su libro más conocido, pero no el único. Otras obras suyas, aún no traducidas a nuestro idioma son Family: the compact among generations (2007), The cycle of the gifft: family wealth and wisdom (2013), The voice of the rising generation (2014), Family Trusts: a guide for beneficiaries (2016), y Complete family wealth: wealth as well-being (2022). Todos ellos publicados por Bloomberg Press, Nueva York.

En particular, Family: the compact among generations tiene por subtítulo Answers and insights from a lifetime of helping families flourish, y uno de esos insights (enseñanzas o conocimientos) se refiere a los principios de la gobernanza familiar. Son ocho principios de la gobernanza familiar, que deben acompañar a todo conjunto de reglas y acuerdos consensuados, y basados en la experiencia y las expectativas familiares que llamamos así denominamos gobernanza. Vamos con ellos.

Decisión conjunta

  • (I) El arte del buen gobierno es asegurarse que a lo largo de un largo periodo de tiempo las decisiones conjuntas con resultados positivos sean ligeramente más numerosas que las de resultados negativos.

Hughes reformula el primero de los principios de la gobernanza familiar diciendo que “el arte de gobernar una familia es nada más y nada menos que el arte de tomar decisiones de forma conjunta”. “Toda familia comienza con dos personas”, recuerda el autor y, por tanto, desde el comienzo hay que adoptar decisiones consensuadas.

Si tenemos en cuenta esto, vamos a poder desmitificar la palabra “gobernanza”. No se trata de una compleja matriz en que se intercambian líneas y cajas, sino un sistema de decisión conjunta que nos permita adoptar más medidas con resultados positivos que medidas con resultados negativos.

La república aristotélica

  • (II) El mejor sistema de gobierno para una familia de afinidad es la república aristotélica, o lo que ahora se conoce como una democracia representativa.

Aristóteles definió la república como un sistema representativo, en el que cada ciudadano tenía algo que decir en la dirección de la ciudad. La capacidad de elección es necesaria, sí, pero no suficiente. Necesita que la república esté gobernada por un conjunto de normas, y que haya una rama (nosotros lo llamamos judicial) que las haga cumplir. El sistema permite consensuar esas normas, y elegir para los puestos a quienes, en principio, pueden representar mejor los intereses comunes.

Las ventajas de un sistema republicano se hacen más evidentes cuando lo contrastamos con sus alternativas. Una aristocracia, o su versión corrompida, que es una oligarquía, no resulta inclusiva. Qué decir de una monarquía, sistema que si degenera deviene tiranía.

Las normas de la república

Estos son los dos principios fundamentales de la gobernanza familiar, pero nos quedan otros seis. Son estos:

  • (III) Un sistema de gobierno debería estar basado en el sufragio universal para todos los miembros adultos de una familia de afinidad.
  • (IV) Cuando es hora de gobernar el crecimiento de una familia, cada generación debe reafirmar el pacto social horizontal de Locke que subyace debajo del sistema de gobierno de la primera generación.
  • (V) Un sistema de gobierno debe tener tres ramas: la legislativa, la ejecutiva y la de los ancianos (judicial) y la interacción de dichas ramas debe ser regulada por frenos y contrapesos.

Estos principios acompañan la idea de que el mejor sistema es el de una república. Otra cuestión es cómo lo llevemos a la práctica. El sufragio universal sólo quiere decir que todos, a partir de una edad, participan en la elaboración de las normas comunes. Pero no dice que el peso de los votos deba ser igual.

La mención a Locke quiere decir que todos los participantes se someten en igual medida a una norma que es común para todos (isonomía). El quinto de los principios de la gobernanza familiar lo llamamos división de poderes. Es interesante observar que Hughes identifica al sistema judicial con los ancianos.

Lazos flexibles y normas adaptables

  • (VI) Un sistema de gobierno es más efectivo si está basado en una confederación de clanes con un centro tribal débil más que un centro tribal fuerte.
  • (VII) Un sistema de gobierno debería operar con la comprensión de que un sistema familiar de relaciones siempre está cambiando, en transición. Debería estar basado en los principios burkianos no en los jacobinos.

El sexto principio hace referencia a una realidad social importante, y es que en cuanto llega la generación de los hermanos, y sobre todo la generación de los primos, se crean nuevas unidades familiares (dinastías, o clanes), que forjan su futuro según un plan propio, que no tiene por qué coincidir plenamente con el del conjunto. Hughes sugiere que han que dejar cierto espacio para la autonomía, y que los lazos de unión sean flexibles. De nuevo, este es un principio, no una receta. y Y debe interpretarse en cada caso como mejor sepa hacerlo cada familia.

Edmund Burke realizó una celebrada crítica al evento que dio pie a la era contemporánea en sus Reflexiones sobre la revolución francesa. Burke incidía en el valor que tiene que las normas se alimenten constantemente de las pasadas experiencias más las nuevas experiencias que se van acumulando. Burke, en definitiva, luchó denodadamente contra el racionalismo ingenuo de los jacobinos, que pretendían ordenar la sociedad según un conjunto de normas que respondían a su idea de lo que dictaba la razón. La interpretación para el ámbito de las normas familiares es, por tanto, sencilla.

Mejor unidos

  • (VIII) Un sistema de gobierno debería estar fundado sobre la idea de Benjamin Franklin: “Debemos mantenernos unidos, o nos colgarán por separado”.

El octavo principio se entiende muy bien, pero es necesario citarlo en su idioma original, que es el inglés, porque es un juego de palabras: “We must hang together or, most assuredly, we shal hang separately”. “Hang together” es una frase hecha que quiere decir apoyarse mutuamente. “Hang separately” se refiere a ser colgados en la horca, si actúan de forma separada. El contexto de esta ingeniosa frase es la firma de la Declaración de Independencia. Por eso dice Franklin que, o se mantienen unidos, o su cuello acabará siendo estrangulado por su propio peso por la actuación de los ingleses.

Resumen del octavo principio para familias empresarias: se defenderán mejor de los azares del destino si actúan unidas que si cada miembro lo hace por su cuenta.

No Comments

Post A Comment

2006

Nace Fundación NUMA

En 2007, el proceso de reflexión familiar iniciado el año anterior culmina con la creación de la Fundación Numa. La familia Sanz Gras se da cuenta de que la necesidad de conocimiento, de no repetir los errores del pasado y de dar respuesta a los desafíos del futuro son vividos y experimentados por muchas familias empresarias. Por ello, deciden compartir con otras familias y colectivos lo aprendido con el estudio, con el trabajo de campo y en el programa PWM de Chicago.

2006-2009

Consolidación del Grupo NUMA

2006 es el inicio de una nueva etapa. Don José Ramón Sanz, doña Marisa Gras y sus dos hijos, Jorge y Alejandro, comienzan un periodo de reflexión que lleva a la creación de un Consejo de Familia presidido por Dña. Marisa Gras, donde se tratan temas estrictamente familiares, y el Consejo de Administración del Grupo Numa, presidido por D. José Ramón.

 

Conscientes de que la familia se enfrentaba a una nueva etapa, decide buscar formación. En 2007 la familia asiste al curso de gestión del patrimonio familiar que imparte Stuart Lucas en la Universidad de Chicago, un referente en todo el mundo. Como resultado, se hace más clara la visión global y se encuentran respuestas a algunas de las inquietudes de la familia.

 

En 2009 se firma la constitución familiar. Se realiza el diseño y la construcción de la organización y del sistema de gobernanza del Grupo NUMA. Alejandro y Jorge comienzan sus actividades empresariales individuales. 

 

En 2007, se crea la Fundación Numa.

 

Conscientes de que la familia se enfrentaba a una nueva etapa decide buscar formación. En 2007 la familia asiste al curso de gestión del patrimonio familiar que imparte Stuart Lucas en la Universidad de Chicago, un referente en todo el mundo. Como resultado, se hace más clara la visión global y se encuentran respuestas a algunas de las inquietudes de la familia.

2005

Continuidad del proyecto empresarial

En 2005, la familia Sanz Gras integra Dalphimetal en TRW Automotive, cuyas actividades eran complementarias. Tanto clientes como trabajadores apoyaron esta decisión que, en años posteriores, se demostró que fue la más adecuada para la continuidad del proyecto de Dalphimetal.

 

Tras darse a conocer el acuerdo, gran parte del personal de Dalphimetal hace llegar la familia su agradecimiento por los años pasados y las decisiones tomadas para asegurar el crecimiento y continuidad de Dalphimetal España.

1995-2005

Actividades de innovación

En estos años, se generaliza el uso de los airbags clocksprings y Dalphimetal aprovecha la oportunidad de introducirse en este nuevo mercado con el apoyo de Petri, coinventora del airbag con Mercedes.

 

Desarrollo de la segunda capa de piel que redujo el coste del volante de cuero en un 50%, generalizando así su uso.

 

Desarrollo y producción del primer esqueleto de magnesio reciclable y reutilizable de volante, reduciendo su peso un 40%.

Desarrollo internacional

Se fundan nuevas empresas con la participación de PETRI AG:  DMP, DMI y DMS. Y se crean, también, los centros de I+D en Vigo, Valladolid, Portugal el Reino Unido y Francia.


Entrada en Francia a través de la compra de la división de volantes de Faurecia.

Comienzo de actividades en Portugal con la creación de Dalphimetal Portugal junto con PETRI AG.


Presencia en Turquía a través de la participación minoritaria junto con PETRI en la sociedad PIMSA DIREKSIYON – Turquía.


Y damos respuesta a la presencia global de nuestros clientes a través del cruce de capital con la sociedad Nihon Plast, empresa familiar japonesa con presencia en EEUU y Asia.

1992

Comprometidos con la sociedad

En 1992 Dalphimetal firma un acuerdo con la ONCE para la apertura de tres Centros Especiales de Empleo para fabricar volantes de cuero, que crearían 400 puestos de trabajo para personas con discapacidad. Se trata de un trabajo que exige tiempo, esmero y unas manos expertas. Llegarán a producir 2,5 millones de volantes al año.

 

Dalphimetal recibe varias premios por estos centros,  entre ellos, el premio INSERTA, en reconocimiento a la labor social de esta iniciativa.

1990

Separación familiar de actividades

En 1990 las distintas ramas de la familia Castellón deciden separar sus actividades industriales a través de un intercambio de acciones entre las distintas empresas de la familia. La familia Daumal Castellón se queda Castellón S.A., mientras que las familias Gras Castellón y Sanz Gras continúan con su actividad en Silenciadores PCG y con el desarrollo de Dalphimetal España.

1987

Alianza con Petri: los airbags

En 1987 la empresa alemana Petri, líder mundial en volantes, entra en el capital de Dalphimetal y da soporte a la expansión internacional. En etapas posteriores comenzará la exportación para la UE y posteriormente se abrirán plantas en el norte de Portugal, Túnez, Francia y Turquía.

1974

Dalphimetal y el primer volante de Poliuretano

Don Luis Gras y su esposa doña Nuria Castellón crean en 1974 Dalphimetal España tras conseguir una licencia técnica de la empresa francesa del mismo nombre. En su arranque se dedicará a fabricar los primeros volantes de poliuretano.

 

En 1975 don José Ramón Sanz entra en la familia Gras al contraer matrimonio con doña Marisa Gras Castellón. Desde el primer día se incorpora a las empresas de la familia y pasa junto a su esposa, que ya colaboraba en los distintos negocios familiares, a ser accionistas de Dalphimetal.

 

Don José Ramón Sanz empieza su andadura profesional en las plantas de producción de Dalphimetal España, recorriendo sucesivamente todas las áreas de la empresa hasta llegar a ocupar la presidencia y su dirección general.

 

El lema de la familia es “El cliente es el rey”. Aplicado con rigor y profesionalidad conduce a Dalphimetal a una rápida expansión que comienza en España, con la construcción de fábricas en Vigo, Porriño y Valencia.

1924

Los comienzos

En 1924 don Pedro Castellón, excelente mecánico, abre en Barcelona un taller para reparar automóviles. Ante la escasez de medios y materias primas de la época, comienza a producir en su taller los cables y piezas que necesitaba para las reparaciones que le solicitaban.

 

De esta forma comienza la andadura profesional de la familia Castellón, en la que poco a poco y a pesar de lo inhabitual para la época se van incorporando al negocio las tres hijas del matrimonio de don Pedro Castellón y doña Ana García.

 

En 1947 don Luis Gras pasa a formar parte de la familia Castellón al contraer matrimonio con doña Nuria Castellón, segunda hija de don Pedro y doña Ana, y se incorpora a la empresa.

 

Poco después se abre en Barcelona el primer taller de fabricación de cables de acelerador, embrague y freno para el recambio del automóvil.

1950

El negocio crece

Apoyado por su esposa Nuria y por el resto de la familia, don Luis Gras, hombre emprendedor y entusiasta, decide comenzar una nueva aventura en Madrid, y en 1950 el matrimonio Gras abre otro taller en lo que es hoy la sede de la Fundación NUMA.