La familia inversionista y el Family Office

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La familia inversionista y el Family Office

Tres elementos conforman el ámbito de actuación de las familias empresarias: la familia, la empresa y el patrimonio. Los tres elementos se relacionan entre sí de modos no siempre fáciles de manejar.

Estas y otras cuestiones parecidas se abordan en el libro La familia inversionista y el Family Office. Los autores, brasileños los tres, son Antonio Fernando Azevedo, Grégoire Balasko Orélio, CFA, y Marcelo Geyer Ehlers. Está editado en español por Editorial Buqui en 2019.

Un recorrido cronológico

Para comprenderlos, podemos comenzar por seguir un camino cronológico. Por lo que se refiere a la sucesión de eventos desde un punto de vista temporal, lo primero es la familia. La empresa viene después. En un determinado momento, la primera generación pone en marcha uno o varios proyectos empresariales. Y, si no tiene un patrimonio previo (que es la situación más común), y la empresa o empresas salen adelante, con el paso del tiempo la familia retira una parte de la renta que genera para convertirla en riqueza. Ahí llega el tercer elemento: el patrimonial.

Siguiendo con este planteamiento temporal, hay una cierta lógica en el paso de una familia empresaria a una familia inversionista. A medida que pasa el tiempo, y si las cosas van bien, el patrimonio va adquiriendo un mayor protagonismo. Especialmente teniendo en cuenta el interés compuesto.

Diferencia entre familia empresaria y familia inversionista

Dicen los autores:

Lo que distingue una familia empresaria de una Familia Inversionista es la forma cómo se percibe la empresa en relación con el patrimonio como un todo. Si, en la primera, la empresa es un elemento aparte, normalmente con un papel importante, en la segunda se la considera un elemento más del patrimonio, que puede estar compuesto, también, por bienes inmuebles, tierras, participaciones societarias etc.

La importancia de un sistema de gobernanza

Gestionar todo ello exige, nos dicen, contar con un sistema de gobernanza, que definen así:

Un conjunto de prácticas, órganos de gobernanza, estatutos, políticas y reglamentos cuyo objetivo es alinear totalmente los intereses entre las decisiones tomadas en la gestión del patrimonio y los objetivos de la familia.

En el centro de ese sistema de gobernanza está un órgano: el Family Office. Se trata de “una estructura personalizada y transgeneracional regida por la Gobernanza Familiar y Patrimonial con el objetivo de defender los intereses de la familia en cuanto a la gestión de su patrimonio a lo largo del tiempo”.

¿Cuándo es útil un Family Office?

Los autores, recogiendo lo que señalan otros estudios, muestran que el coste de un Family Office ronda el 1% del valor del patrimonio gestionado. “Se trata de un gasto aceptable si comparado con las ganancias que se obtendrán, principalmente a largo plazo, sobre el retorno y la transparencia de las inversiones, y sobre la gestión activa de la familia con relación a sus objetivos”, recoge el libro.

Las tres generaciones y la visión W3

Los autores hacen suyo el planteamiento de Celso Ienaga, según el cual el paso de las generaciones se hace según un modelo de W3. La primera generación lidia con una visión de Worth (valor). Esa generación identifica qué valor puede aportar a la sociedad por medio de su actividad empresarial.

La segunda generación (o la primera con la segunda) pasa a una visión de Wealth (riqueza), que consiste en la gestión para el crecimiento del holding empresarial y del patrimonio. La tercera y siguientes asumirían una visión de Wellness (bienestar).

Convivencia generacional, natalidad y patrimonio consciente

Esta evolución intergeneracional exige que la familia se forme y desarrolle mecanismos y habilidades para asegurarse de que el capital financiero permita la formación de las siguientes generaciones, nos dicen Azevedo, Orélio y Ehlers.

Y tienen que tener en cuenta tres factores: la convivencia generacional, la natalidad y lo que llaman el “patrimonio consciente”. La importancia de la convivencia viene de la mano del aumento en la esperanza de vida. En la España de 1900, la esperanza de vida a los diez años era de 46,45 años, según un informe de BBVA. Esto es, de media, los españoles de esa edad superaban los 56 años. Los últimos datos del INE, que se corresponden con el año 2020, muestran que la esperanza de vida a los 10 es de 72,6 años (llegar a los 82,6). Es decir, se ha ganado toda una generación (26 años) de esperanza de vida en 120 años. Esto hace que la convivencia entre generaciones sea muy importante.

La importancia de la natalidad y acuerdos prenupciales

La natalidad ha bajado de forma dramática. Los autores recuerdan que “la reducción gradual en el nivel de natalidad a lo largo de las generaciones puede disminuir, como consecuencia, la necesidad de generar y acumular riqueza. Es también importante evaluar los divorcios y la opción por regímenes de bienes y acuerdos prenupciales, y sus impactos en la división del capital a lo largo de las generaciones”.

Definición de patrimonio consciente

El tercer punto es el del “patrimonio consciente”. Se refieren con ello a que “las familias de éxito buscan formar individuos cada vez más conscientes de la importancia de encontrar un sentido o propósito para sus vidas y, por ende, de emplear de la mejor manera un capital financiero (y también intangible), como prestigio, influencia e historia, para perpetuar un legado de orgullo”. Es decir, que el paso de una generación a la siguiente también puede interpretarse como una escalada por la pirámide de Maslow.

Los cinco tipos de capital

Otra de las ideas interesantes expresadas en esta obra son los cinco tipos de capital. El primero es el capital financiero. No es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr otros objetivos vitales.

Luego distinguen entre capital humano y capital intelectual. El primero lo forman “el carácter, el comportamiento, las habilidades y la identidad de cada heredero”. El capital intelectual tiene un espacio propio, aunque en dos ámbitos distintos, nos dicen: el individual y el familiar. El primero hace referencia a lo que es la formación en diversos ámbitos, mientras que el familiar se refiere a todo el conocimiento práctico que se ha atesorado tras generaciones de práctica en la gestión.

Capital social y capital familiar

El capital social “surge a partir de las relaciones entre la familia, sus negocios, sus inversiones y la sociedad”. Aquí adquiere una gran relevancia la marca de la propia familia ante la sociedad. Y el capital familiar es el sentimiento de pertenencia al grupo familiar, e “incluye un compromiso con el colectivo”. De acuerdo con los autores, “es el que le da sentido a todos los demás”.

Ideas finales del libro

Aunque el libro es más detallado en el análisis, se puede resumir recogiendo algunas ideas finales que exponen los propios autores al final de la obra. Nosotros hemos destacado estas:

Lo ideal es que la familia defina entre dos y cinco objetivos. Es necesario que sean pocos, comunes, simples y que, en mayor o menor grado, representen a todos los componentes de la familia. Es importante, también, que sean de largo plazo y se transmitan de una generación a otra. Cada uno de estos objetivos debe desdoblarse en una meta, que se planifica y genera un presupuesto con visión de largo plazo, pero que se actualiza anualmente.

En el presupuesto global y también en el de cada uno de sus objetivos, es necesario tener en cuenta los impuestos más diversos. El Family Office también necesita evaluar el retorno en términos reales e incluir la inflación a largo plazo dentro de sus proyecciones de costos.

Definir normas de distribución de dividendos sustentablemente es un aspecto importante en un Family Office. Pueden ser de tres tipos: distribución fija, de un porcentual del patrimonio, o de un porcentual del rendimiento neto.

Entre los cinco capitales que integran el patrimonio familiar, unos influyen en el éxito de los otros; sin embargo, el capital financiero es el que permite que todos los demás se sustenten.

Es necesario realizar un inventario detallado del capital financiero de la familia, además de calcular cuánto es el flujo de cada activo, considerando sus diferentes clases, la necesidad de diversificar y la liquidez.

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2006

Nace Fundación NUMA

En 2007, el proceso de reflexión familiar iniciado el año anterior culmina con la creación de la Fundación Numa. La familia Sanz Gras se da cuenta de que la necesidad de conocimiento, de no repetir los errores del pasado y de dar respuesta a los desafíos del futuro son vividos y experimentados por muchas familias empresarias. Por ello, deciden compartir con otras familias y colectivos lo aprendido con el estudio, con el trabajo de campo y en el programa PWM de Chicago.

2006-2009

Consolidación del Grupo NUMA

2006 es el inicio de una nueva etapa. Don José Ramón Sanz, doña Marisa Gras y sus dos hijos, Jorge y Alejandro, comienzan un periodo de reflexión que lleva a la creación de un Consejo de Familia presidido por Dña. Marisa Gras, donde se tratan temas estrictamente familiares, y el Consejo de Administración del Grupo Numa, presidido por D. José Ramón.

 

Conscientes de que la familia se enfrentaba a una nueva etapa, decide buscar formación. En 2007 la familia asiste al curso de gestión del patrimonio familiar que imparte Stuart Lucas en la Universidad de Chicago, un referente en todo el mundo. Como resultado, se hace más clara la visión global y se encuentran respuestas a algunas de las inquietudes de la familia.

 

En 2009 se firma la constitución familiar. Se realiza el diseño y la construcción de la organización y del sistema de gobernanza del Grupo NUMA. Alejandro y Jorge comienzan sus actividades empresariales individuales. 

 

En 2007, se crea la Fundación Numa.

 

Conscientes de que la familia se enfrentaba a una nueva etapa decide buscar formación. En 2007 la familia asiste al curso de gestión del patrimonio familiar que imparte Stuart Lucas en la Universidad de Chicago, un referente en todo el mundo. Como resultado, se hace más clara la visión global y se encuentran respuestas a algunas de las inquietudes de la familia.

2005

Continuidad del proyecto empresarial

En 2005, la familia Sanz Gras integra Dalphimetal en TRW Automotive, cuyas actividades eran complementarias. Tanto clientes como trabajadores apoyaron esta decisión que, en años posteriores, se demostró que fue la más adecuada para la continuidad del proyecto de Dalphimetal.

 

Tras darse a conocer el acuerdo, gran parte del personal de Dalphimetal hace llegar la familia su agradecimiento por los años pasados y las decisiones tomadas para asegurar el crecimiento y continuidad de Dalphimetal España.

1995-2005

Actividades de innovación

En estos años, se generaliza el uso de los airbags clocksprings y Dalphimetal aprovecha la oportunidad de introducirse en este nuevo mercado con el apoyo de Petri, coinventora del airbag con Mercedes.

 

Desarrollo de la segunda capa de piel que redujo el coste del volante de cuero en un 50%, generalizando así su uso.

 

Desarrollo y producción del primer esqueleto de magnesio reciclable y reutilizable de volante, reduciendo su peso un 40%.

Desarrollo internacional

Se fundan nuevas empresas con la participación de PETRI AG:  DMP, DMI y DMS. Y se crean, también, los centros de I+D en Vigo, Valladolid, Portugal el Reino Unido y Francia.


Entrada en Francia a través de la compra de la división de volantes de Faurecia.

Comienzo de actividades en Portugal con la creación de Dalphimetal Portugal junto con PETRI AG.


Presencia en Turquía a través de la participación minoritaria junto con PETRI en la sociedad PIMSA DIREKSIYON – Turquía.


Y damos respuesta a la presencia global de nuestros clientes a través del cruce de capital con la sociedad Nihon Plast, empresa familiar japonesa con presencia en EEUU y Asia.

1992

Comprometidos con la sociedad

En 1992 Dalphimetal firma un acuerdo con la ONCE para la apertura de tres Centros Especiales de Empleo para fabricar volantes de cuero, que crearían 400 puestos de trabajo para personas con discapacidad. Se trata de un trabajo que exige tiempo, esmero y unas manos expertas. Llegarán a producir 2,5 millones de volantes al año.

 

Dalphimetal recibe varias premios por estos centros,  entre ellos, el premio INSERTA, en reconocimiento a la labor social de esta iniciativa.

1990

Separación familiar de actividades

En 1990 las distintas ramas de la familia Castellón deciden separar sus actividades industriales a través de un intercambio de acciones entre las distintas empresas de la familia. La familia Daumal Castellón se queda Castellón S.A., mientras que las familias Gras Castellón y Sanz Gras continúan con su actividad en Silenciadores PCG y con el desarrollo de Dalphimetal España.

1987

Alianza con Petri: los airbags

En 1987 la empresa alemana Petri, líder mundial en volantes, entra en el capital de Dalphimetal y da soporte a la expansión internacional. En etapas posteriores comenzará la exportación para la UE y posteriormente se abrirán plantas en el norte de Portugal, Túnez, Francia y Turquía.

1974

Dalphimetal y el primer volante de Poliuretano

Don Luis Gras y su esposa doña Nuria Castellón crean en 1974 Dalphimetal España tras conseguir una licencia técnica de la empresa francesa del mismo nombre. En su arranque se dedicará a fabricar los primeros volantes de poliuretano.

 

En 1975 don José Ramón Sanz entra en la familia Gras al contraer matrimonio con doña Marisa Gras Castellón. Desde el primer día se incorpora a las empresas de la familia y pasa junto a su esposa, que ya colaboraba en los distintos negocios familiares, a ser accionistas de Dalphimetal.

 

Don José Ramón Sanz empieza su andadura profesional en las plantas de producción de Dalphimetal España, recorriendo sucesivamente todas las áreas de la empresa hasta llegar a ocupar la presidencia y su dirección general.

 

El lema de la familia es “El cliente es el rey”. Aplicado con rigor y profesionalidad conduce a Dalphimetal a una rápida expansión que comienza en España, con la construcción de fábricas en Vigo, Porriño y Valencia.

1924

Los comienzos

En 1924 don Pedro Castellón, excelente mecánico, abre en Barcelona un taller para reparar automóviles. Ante la escasez de medios y materias primas de la época, comienza a producir en su taller los cables y piezas que necesitaba para las reparaciones que le solicitaban.

 

De esta forma comienza la andadura profesional de la familia Castellón, en la que poco a poco y a pesar de lo inhabitual para la época se van incorporando al negocio las tres hijas del matrimonio de don Pedro Castellón y doña Ana García.

 

En 1947 don Luis Gras pasa a formar parte de la familia Castellón al contraer matrimonio con doña Nuria Castellón, segunda hija de don Pedro y doña Ana, y se incorpora a la empresa.

 

Poco después se abre en Barcelona el primer taller de fabricación de cables de acelerador, embrague y freno para el recambio del automóvil.

1950

El negocio crece

Apoyado por su esposa Nuria y por el resto de la familia, don Luis Gras, hombre emprendedor y entusiasta, decide comenzar una nueva aventura en Madrid, y en 1950 el matrimonio Gras abre otro taller en lo que es hoy la sede de la Fundación NUMA.