Fátima Báñez: fortalezas y desafíos de las familias empresarias
Escrito por Redacción NUMA
Publicado el 7 marzo, 2024
Fátima Báñez, presidenta de la Fundación CEOE y ex ministra de trabajo, ofrece una perspectiva detallada sobre los desafíos económicos actuales de España y la importancia estratégica de las empresas familiares.
Recuerda cómo en los años más difíciles de su gestión, en plena crisis económica, observaba con admiración a las empresas, y las veía como un ejemplo de resiliencia y de superación. En este contexto, Báñez destaca ocho fortalezas y cuatro retos de las familias empresarias.
Los valores y la mirada a largo plazo
La primera fortaleza proviene de que tienen unos valores y una cultura sólidos. Esta característica ya les confiere un signo de identidad para afrontar los cambios con más garantías. La segunda fortaleza de las familias empresarias es la flexibilidad y agilidad en la toma de decisiones. Y la tercera, y de gran importancia, que “las familias empresarias se encaminan hacia el medio y largo plazo pensando en la sostenibilidad del proyecto empresarial y en la siguiente generación”
Redes de confianza
La cuarta fortaleza es la que se deriva de la relación con proveedores y clientes. A ambos lados de la actividad empresarial, las familias tejen “redes de confianza”, como las llamó la exministra de Empleo. “Somos conscientes de que creamos junto con nuestra cadena de valor”, añade. Y esas redes de confianza hacen que, en momentos de dificultad, el comportamiento de la empresa y de los proveedores sea distinto. Dentro de la ética empresarial, hay una moral de apoyo mutuo.
La toma de decisiones suele ser centralizada, lo que constituye una nueva fortaleza de las familias empresarias. La sexta es que están comprometidas con el entorno, no solo como generadoras de empleo y riqueza, sino también como agentes activos en el desarrollo de las comunidades en las que operan, con compromiso y solidaridad.
Transmisión de conocimiento y experiencia
A todo ello hay que añadir la transmisión de conocimiento y experiencia de generación en generación, lo que contribuye a la continuidad y el crecimiento sostenible de estas empresas. Es la séptima fortaleza de las familias empresarias, a la que hay que añadir una octava, y última en esta lista ofrecida por Fátima Báñez: en momentos de crisis, las familias empresarias han demostrado determinación y visión a largo plazo para reinvertir su patrimonio en la empresa. Una tendencia anticíclica que ayuda a amortiguar impactos económicos.
Cuatro desafíos
Junto con estas fortalezas, Báñez no eludió mencionar cuatro desafíos particulares que enfrentan las empresas familiares. Uno de los principales retos es la necesidad de profesionalización. Este reto implica, entre otras tareas, la de incorporar profesionales externos que aporten nuevas perspectivas y habilidades al proyecto familiar.
El segundo es la planificación de la sucesión, que debe ser clara y transparente para asegurar una transición fluida entre generaciones. Además, las empresas familiares deben apostar por la innovación y la formación continua para adaptarse a un entorno empresarial en constante evolución.
Otras reflexiones
Regulaciones y fiscalidad
Finalmente, Báñez resaltó la importancia de estar atentos a las regulaciones y la fiscalidad, aspectos que pueden tener un impacto significativo en la viabilidad y el éxito de las empresas familiares.
En resumen, las empresas familiares poseen una serie de fortalezas que las hacen necesarias, resilientes y exitosas, pero también se enfrentan a desafíos específicos que requieren atención y acción proactiva. La reflexión de Fátima Báñez ofrece una visión valiosa sobre cómo aprovechar al máximo las fortalezas inherentes a las empresas familiares y superar los obstáculos que puedan surgir en el camino hacia el éxito empresarial.
El reto del empleo
Báñez comparte su visión de una España que debe converger en términos económicos y sociales con la media de la UE, creciendo y creando empleo con intensidad. Y nos queda camino por recorrer.
La exministra destaca el papel fundamental del empleo en la sociedad, no solo como fuente de ingresos, sino también como garante de bienestar y herramienta contra la desigualdad. Recordó que cuando llevaba la cartera de Empleo, negoció con Europa el Pilar Europeo de Derechos Sociales, cuyo principal objetivo es que el 78% de la población activa esté empleada, un horizonte a 2030 en el que tenemos que seguir avanzando. Según los datos de Eurostat, Alemania está en el 80,7%, la media europea (de los 27) es del 74,6%, y España está en el 69,5%.
El rol de los empresarios
Báñez recuerda que del empleo depende no sólo la forma de vida de las personas y el sostenimiento del Estado del Bienestar, sino también la corrección de la desigualdad. En este sentido, al abordar el papel de la administración, Báñez aboga por un marco regulatorio que favorezca la inversión y la actividad empresarial, reconociendo los obstáculos derivados de la burocracia y la falta de estabilidad y calidad normativa.
En este sentido, resalta el rol crucial de las empresas. “Tengo que daros las gracias a los empresarios como principal actor social porque ocho de cada diez empleos dependen del sector privado”. También hace especial énfasis en la contribución esencial de las empresas familiares, que representan la columna vertebral del entramado empresarial del país, reflejo de la mejor España.
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